Me pregunto:
¿No es justo acaso dedicar unas líneas a los
que te dieron la tranquilidad del suelo que hoy pisas?
Ya muchos no recuerdan como con sus propias manos
confinaron a los Baltos y los Gorgo.
¿Nuestros padres no nos contaron como hundieron
la careta de la Gran Unidad?
Nadie recuerda como con un gran suspiro Nú,
An y Kov nos regalaron la libertad.
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